lunes, 26 de noviembre de 2007

Santiagolares



En conjunto con mis queridos compañeros de universidad hemos realizado una wikipedia respecto de nuestra hermosa ciudad de Santiago. Si presionan el título de este podst podrán ir a la página. Colaboren con esta campaña haciendo artículos y recomendando sus lugares preferidos de la capital.

Otros proyectos de nuestro curso son:

Bestiario Nacional
Wikiambiente
Periodismo Abierto

y por supuesto:

Santiagolares

domingo, 25 de noviembre de 2007

Patagonia sin Represas

En mi recorrido por el programa La Ruta de Chile me encontré con muchos lugares que sufren el embate de las grandes empresas nacionales e internacionales que se dedican a destruir ecosistemas y a limitar las oportunidades de sobrevivencia de los lugareños. Este es uno de los peores casos.

Se inundarán muchos lugares que, además de poseer una belleza inigualable, acoge a cientos de especies difíciles de encontrar en otros lugares del mundo, como huemules o cóndores, por nombrar a los más conocidos.

Les dejo un video de Patagonia sin Represas:

jueves, 22 de noviembre de 2007

“El término femicidio (femicide), se constituye como la forma más extrema de violencia y se refiere al asesinato de mujeres por razones de género y de violencia por parte del hombre en una situación de soberanía, control y poder. Es decir, no necesariamente tiene que ver con la muerte de una fémina, sino cuando ésta se produce en una situación de subyugación ante algún hombre, ya sea en el ámbito público o privado.”

Extracto de este ensayo

La aparición del Femicidio en el discurso público chileno: análisis de la prensa durante la década de 1990 y principios del 2007, hasta la campaña publicitaria televisiva de 2007, para evitar el abuso y maltrato a las mujeres.


Daniel Sanhueza Rojas

4° año de Periodismo

Noviembre de 2007

Introducción

La violencia contra la mujer y sus manifestaciones en diversas formas de agresión, como abuso, violación y asesinato, se encontraba hace algunas décadas naturaliza e invisibilizada en las sociedades occidentales. La consideración de estas prácticas como concernientes al ámbito de lo privado, –siguiendo a Juan Pablo Arancibia[1]- expresión de una doxa y phone, las mantuvo por mucho tiempo acalladas en el espacio social público. Es recién en la segunda mitad del siglo XX que las mujeres a partir de sus propias experiencias, particularmente las feministas, comienzan a nombrar esta violencia como el reflejo de la asimetría existente en las relaciones de poder entre hombres y mujeres. Es en este punto que se comienza a visualizar que la perpetuidad de estas prácticas violentas, sobre todo el asesinato, están abocadas a mantener y perpetuar la subordinación y desvalorización de lo femenino.

En la década de 1980, los movimientos de mujeres y feministas de Latinoamérica se centraron en evidenciar este tipo de prácticas. Es así, como a partir del trabajo de estas organizaciones, desde la sociedad civil, se constatan y denuncian los femicidios como la expresión más extrema de la violencia de género.

La Conferencia de Derechos Humanos celebrada en Viena en 1993, reconoce la violencia contra la mujer, tanto en la vida pública como privada, como una grave violación a los DD. HH. Junto con otorgarle dicho nivel, establece la responsabilidad de los estados en prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres.

A nivel regional, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer –o Convención de Belem do Pará- adoptada en 1994, establece la obligatoriedad de los Estados a implementar mediadas en esta dirección. Sin embargo, en la mayoría de los países de la región, el reconocimiento por parte de los gobiernos de la violencia contra las mujeres como objeto de políticas públicas y de cambios legislativos ha quedado reducido –tras las negociaciones y los censos políticos- a la violencia intrafamiliar o doméstica.

El día 24 de octubre de 2007, la Presidenta Michelle Bachelet encabezó el lanzamiento de la campaña comunicacional contra la violencia intrafamiliar que se concretará mediante spots publicitarios en todos los medios de comunicación masivos, entre el 25 de octubre y el 25 de noviembre.

En el spot publicitario transmitido por televisión abierta, una pareja heterosexual comienza a discutir en medio de un local atiborrado de personas. La violencia del hombre va en aumento hasta el punto en que empuja a la mujer y la saca a tirones del local, mientras los “espectadores” permanecen sentados en sus sillas. Termina con una voz en off que enuncia “en este local habían más de 20 personas y nadie hizo nada, te imaginas qué podría pasar cuando ella esté sola en su casa”.

Pero estas apreciaciones y el nombre de la campaña (“contra la violencia intrafamiliar”) tienen una serie de implicaciones que se remiten a una historicidad en las relaciones de poder entre hombres y mujeres en nuestro país, que conlleva una complejidad mucho más profunda. Ésta está ligada a una serie de condicionantes video-políticas y biopolíticas que deben ser analizadas en perspectiva y, que probablemente no se puedan abarcar a cabalidad en las dimensiones de este trabajo, aunque la pretensión es fijar ciertos parámetros para la comprensión de las mismas.

Historicidad del proceso en Chile.

La legitimización del Femicidio en el ámbito público hasta el 2007.

El término femicidio (femicide), se constituye como la forma más extrema de violencia y se refiere al asesinato de mujeres por razones de género y de violencia por parte del hombre en una situación de soberanía, control y poder. Es decir, no necesariamente tiene que ver con la muerte de una fémina, sino cuando ésta se produce en una situación de subyugación ante algún hombre, ya sea en el ámbito público o privado.

Por otra parte, la definición de violencia intrafamiliar reduce la violencia contra las mujeres al espacio privado, impidiendo ver que ésta se ejerce también en las calles, en los espacios laborales y en el conjunto de instituciones que están permeadas por las relaciones de género.

“Este concepto, además, propone la invisibilización/disolución del sujeto “mujer” en un supuesto beneficio del colectivo “familia” ubicando como iguales la agresión contra el sexo femenino, contra los niños, contra los ancianos y contra los discapacitados, sin mencionar las relaciones jerarquizadas y de poder al interior del núcleo familiar, así como el lugar de subordinación de las féminas en relación a los hombres. Se elude así el origen de la violencia contra las mujeres y con ello los cambios necesarios para su erradicación.”[2]

En este plano se centró gran parte del desarrollo publicitario, mediático comunicacional y video-político[3] de la década de 1990, hasta el año 2006[4]. Permitiendo la aparición de eufemismos tan cotidianos en nuestra sociedad durante estas décadas relacionados a los “crímenes pasionales” o a frases arraigadas en el habla popular como “si le pega es por algo”, “quién te quiere te aporrea” o “en lo suyo no ma’ pega”.

La Ley de Violencia Intrafamiliar (VIF) de 1994, no distingue en el espacio familiar la violencia contra las mujeres en tanto violencia de género. Asimismo, la ley tipificó la violencia en la familia como una simple “falta”, es decir, como problema privado de menor importancia y no como delito, lo que habría sido acorde con su carácter de violación a los Derechos Humanos.

Esta normativa fue reformada en octubre de 2005. En ella se mantiene la tipificación de la violencia como falta, y solo se la considera como materia criminal cuando ésta se produce en forma habitual permanente o continua. El fundamento de la legislación “es el reforzamiento del vínculo matrimonial o de la familia, es decir, se ponen los derechos y deberes conyugales y/o parentales por sobre la integridad personal, en este caso de las mujeres que son las que más sufren la violencia”[5].

La situación descrita hasta el momento plantea una contradicción en y entre el discurso y la video-política que se planteaba desde el estado y la biopolítica que los medios de comunicación generaban.

Por una parte, se habla de la protección de la mujer, de sus derechos y de su igualdad ante el género masculino, en el ámbito político mediático, situación que se ve acrecentada con la aparición de Michelle Bachelet como candidata a la presidencia de la república.

Por otro lado, el “discurso popular”, la precariedad de las políticas públicas y el lenguaje utilizado por la prensa escrita, establecen una –siguiendo a Faucault, citado por Juan Pablo Arancibia[6]- biopolítica-policiaca de control sobre el cuerpo femenino, de administración de su libertad y del castigo ante el intento de uso de la misma.

Ejemplos que evidencian esta situación son expuestos en el texto Femicidio en Chile, un estudio realizado por el Área de Ciudadanía y Derechos Humanos de la Corporación Humanas. En esta investigación se analizaron diferentes portadas y notas informativas del diario La Cuarta durante los años 2001 y 2002, pero dejando en evidencia que el léxico utilizado proviene y está naturalizado durante la década de 1990. Algunos de los extractos muestreados por la corporación son los siguientes:

“vigilante privado mató a balazos a ex amada y se suicidó: víctima no quiso reconciliación…

Los celos y la amargura por no poder conseguir que su amada reconsiderara su decisión de terminar la relación sentimental que ambos habían mantenido, enloqueció a un guardia de una conocida empresa de seguridad, quién reaccionó demencialmente, disparando a la mujer”[7]

“Enfurecido porque ella se negó a intimar con él”[8]

“Enfurecido porque su conviviente lo había abandonado, la mató de un escopetazo”[9]

En estos tres casos planteados, queda en evidencia una práctica arraigada en el periodismo de la época, hasta el primer lustro del siglo XXI, donde los casos de femicidio no eran asociados ni categorizados como violencia en contra del sexo femenino por razones de género e imposición de una agresión relacionada con la subyugación histórica de la mujer, sino más bien, con una “pérdida de sentido”, “carencia de razón”, expresión de una phone propia de los animales y de una doxa arraigada a lo privado y lo doméstico, propia de los atacantes. A su vez, es la mujer quién aparece como culpable de las reacciones masculinas al interior de la noticia, es ella quién provoca o da motivos para su asesinato. Además de los extractos ya expuestos (víctima no quiso reconciliación”, “ella se negó a intimar”, “conviviente lo había abandonado”), en el estudio se evidencia la banalización -y los motivos que provocarían los celos o la ira- con que se trata a la mujer durante las noticias:

“Apasionada, muy atenta y dicharachera”

“La mujer era un panal de miel abundante”

“Una hembra que provocaba serios perjuicios entre los peatones por la belleza angelical de su rostro” [10]

Esto deja en evidencia la contradicción entre lo que se dice en los discursos video-políticos de las campañas electorales, donde el tema de la mujer chilena y su valoración en la palestra pública ha sido constantemente esgrimida y la biopolítica que se ejerce desde los medios de comunicación, desde el discurso popular y la propia praxis del “qué hacer” de la clase política, con leyes que legitiman el asesinato de mujeres mediante su ocultamiento como una problemática real, y el tratamiento de los femicidios como problemas pasionales y culpabilizando a la mujer atacada.

La aparición del Femicidio y el paulatino cambio en la biopolítica del sujeto de castigo.

La primera aparición del concepto en la escena de los medios de comunicación nacionales se origina con el reportaje “Femicidio en Chile” de la periodista Macarena Miranda, del programa En la Mira de Chilevisión, transmitido a medidos del 2006. Desde ese momento los noticieros nacionales han ido cambiando el discurso asociado a la culpabilización de la mujer como sujeto provocador de su castigo y la limitación del ejercicio de su libertad.

A esto se suma la aparición de Michelle Bachelet como candidata, presidenta y alta mandataria de la nación y, para motivos de este ensayo, llegando hasta la primera campaña publicitaria que busca afectar directamente la conceptualización del maltrato a las mujeres -aunque sigue utilizando la terminología “maltrato intrafamiliar”- acercándolo a la palestra pública, sacándolo de su limitación al plano privado, exponiendo al hombre como un abusador y femicida e incitando al resto de la ciudadanía a reaccionar en contra del asesinato y la violencia de género.

Cabe señalar que este traspaso es paulatino, complejo y aún se encuentra en proceso, probablemente jamás culminando en su cabalidad y generándose un híbrido permanente entre ambas conciencias respecto del maltrato y el asesinato femenino.

Durante todo el 2007, el femicidio ha sido explotado por los medios de comunicación masiva, sobre todo la TV, como una forma de atraer y generar mayor demanda de parte de los telespectadores. Si bien se puede argumentar que su utilización se debe principalmente a la espectacularidad del concepto y el impacto que provoca en las audiencias, también se puede observar (aunque probablemente para ello se requieran estudios más profundos) que no es un gran cambio ante el uso de los “crímenes pasionales” como cautivador de consumidores.

De ser esto verídico, -para cuya comprobación probablemente sea necesario establecer un análisis del aumento o disminución de la sintonía entre ambos enfoques frente a las mismas noticias (asesinatos de mujeres por razones de género), en pos de descubrir si existe una real diferencia entre ambos tratamientos en cuanto a su espectacularidad y el impacto que pueda generar en los telespectadores- quiere decir que la incorporación del “femicidio” como foco en el asesinato de mujeres responde a una nueva concepción del problema del maltrato femenino, pasando desde una mujer “culpable” de los castigos de su dueño, propietario o marido, a una libre de decidir sobre su propio cuerpo y no subyugada, necesariamente, ante la figura masculina.

En este nuevo contexto, la mujer está facultada para terminar una relación, para guiar su propia vida y, de hecho, la mujer ahora es juzgada por no denunciar a su agresor. Uno de los casos que han sido tratados por los noticiarios televisivos, dice relación con una joven, captada por cámaras de la Unidad Operativa del Control del Tránsito el 15 de noviembre del 2007, cuya nota salió al aire el 18 de noviembre, que es golpeada por su pareja frente a un cuartel de policía uniformada[11].

Esta situación nos lleva a evidenciar el punto intermedio de cambio al cual nos estamos refiriendo. Por una parte, los medios condenan a la mujer puesto que no denunció a su atacante, y a la vez, los carabineros que se encontraban en la comisaría en ese momento fueron dados de baja por no reaccionar ante el maltrato. Este último actuar, pese a que los uniformados aseguran que no estuvieron en el momento en que la agresión se concretó y los antecedentes de la mujer fueron tomados una vez la primera golpiza había finalizado, está cargada de la premisa en la cuál en relaciones de pareja es mejor “no meterse” o “quizás que hizo para que le pegaran”. De hecho, algunos de los casos de femicidio o violencia (quemaduras de rostro, incendio de un automóvil con una mujer en su interior) de este año, han causado revuelo producto de que los jueces no ponen en detención preventiva a los agresores o carabineros no responde con premura a las denuncias de acoso por ex parejas o agresores.

Es así como en el 2007 se gesta una paradoja. Por un lado, los medios de comunicación, si bien siguen manteniendo parámetros masculinos y de supremacía de género en la elaboración de las pautas y patrones noticiosos, ya sea por su espectacularidad o su real reconceptualización del asesinato de mujeres, han contribuido a la visualización del femicidio en la palestra pública, influenciado y ejercido una nueva biopolítica. Aquella que criminaliza el cuerpo del atacante y no al de la atacada, aquella que culpa al que no denuncia, aquella que dejó de victimizar al atacante y no a la víctima. Por otra parte, la violencia y el ejercicio del femicidio lleva décadas arraigado en la psiquis popular y la supremacía de un patrón que se cultivó durante siglos, por el Estado, por la clase política, la clase económica y por los medios de comunicación, difícilmente desaparecerá por la inclusión de un concepto y la visualización pública de un problema antes privado.

Retomando el análisis de la campaña comunicacional contra la violencia intrafamiliar de octubre a noviembre del 2007, es necesario fijarse en el espacio que se decide utilizar para exponer la problemática. Este se podría asociar con un restaurante o con un café, espacios públicos por excelencia durante el siglo XIX, conllevando la idea de atraer una problemática antes recluida a lo doméstico.

Este spot establece un llamado explícito a la ciudadanía, mediante el mensaje en off final, a hacerse partícipe en la adoctrinación de un cuerpo que deja de ser invisibilizado o victimizado como “demente” o “pasional”. Nos referimos al agresor:

“En este local habían más de 20 personas y nadie hizo nada, te imaginas qué podría pasar cuando ella esté sola en su casa”.

Ese “nadie hizo nada” está cargado de un llamado desesperado a la ciudadanía a hacerse cargo de este agente extraño y anómalo a una sociedad “moderna” y “civilizada”, establece una biopolítica-policial que busca adoctrinar al cuerpo del atacante, pero no solo al agresor, sino a todos aquellos que espectan el suceso sin inmiscuirse en él. Pero, a su vez, quienes realizan el llamado están fuera de este escenario.

Ellos, al parecer, sí han hecho algo o no están llamados a hacer nada. La cámara con que se evidencia todo este suceso es inmaterial, como en el caso de la agresión captada por las cámaras del tránsito, ésta se encuentra fuera de la escena, es una cámara oculta, no controlada, lejana de aquél lugar, sin movimiento, con un plano fijo cuyo centro, casi por casualidad, pareciera ser la pareja que discute, cuando en realidad se fija en el fondo y su objetivo de transmisión cayó ahí por mera casualidad. Con este sistema, probablemente no de forma intencional, la video-política y el Estado se libran de la necesidad de traducir la situación descrita en este ensayo al plano de la legislación y políticas públicas. Estos, al parecer, ya hicieron lo que estaba en sus manos o no está llamado a intervenir.

El concepto “femicidio” impulsado por las feministas chilenas y del mundo, tiene por finalidad la estratificación de éste como un delito aparte y diferenciado, que esté a la misma altura que el homicidio y que frente a la agresión contra mujeres no se hable de maltrato intrafamiliar, sobre todo en casos extremos que no terminan en muerte (como quemaduras severas, apuñalamientos, disparos o mutilaciones), sino que se hable de “intentos de femicidio”, no requiriendo de la reiteración para ser categorizados como delito penal.

Probablemente este ensayo tan solo roce la complejidad del cambio biopolítico que implica la inclusión de un concepto tan controvertido como el femicidio, sobre todo porque los medios de comunicación no han sabido explicar a cabalidad las implicancias del mismo, quizás producto de su inclusión en el proceso. Probablemente la influencia que tuvo la elección de Michelle Bachelet como presidenta de la república, y su irrupción en la video-política, sean muchas y de complejo análisis. Quizás las implicancias de este suceso sean producto de una moda noticiosa cuya duración sea limitada, aún así el concepto femicidio está instalado en los medios de comunicación y difícilmente se retomarán los “crímenes pasionales” como perspectiva al momento de enunciar el crimen de una mujer por razones de género.

21 de Noviembre de 2007

Bibliografía

Juan Pablo Arancibia. Comunicación Política: Fragmentación para una genealogía de la mediatización en Chile, Editorial ARCIS, octubre 2006 .

Camila Maturana, Gloria Maira, Soledad Rojas, Área de Ciudadanía y Derechos Humanos de la Corporación Morada. Femicidio en Chile, Andros Impresores, noviembre 2004.

Corporación La Morada. Área de Ciudadanía y Derechos Humanos. El (mal) Estado de los derechos Humanos. Aproximaciones a los discursos y prácticas sobre derechos humanos de las mujeres. 2003

Michel Faucault. Traducción del francés de Fernando Álvarez-Uría. La Epidemia Neoliberal. Nacimiento de la Biopolítica de Naisssance de la biopolitique, resumen del Curso en el Colegio de Francia (1978-9), publicado en Annuaire du Colege de France, Paris, 1979. Pp 367-372.



[1] ARANCIBIA, Juan Pablo. COMUNICACIÓN POLÍTICA: Fragmentación para una genealogía de la mediatización en Chile, Editorial ARCIS, octubre 2006, Capítulo I, El Lenguaje y lo Político: de la Parrhèsía Clásica al Totalitarismo Mediatizado.

[2] MATURANA, Camila, MAIRA, Gloria, ROJAS, Soledad, Área de Ciudadanía y Derechos Humanos de la Corporación Morada. FEMICIDIOS EN CHILE, Andros Impresores, noviembre 2004, Capítulo 1, Antecedentes Generales.

[3] Entendiendo la video-política como el discurso de la clase política y sus propias medidas en el plano de la legislación y la prevención por parte del Estado.

[4] La inserción de este año es arbitraria, puesto que las medidas en el plano político no han ido en la reconfiguración legal de esta problemática, aunque los medios de comunicación y el propio spot publicitario objeto de este análisis, establecen una nueva concepción de la violencia contra la mujer, haciendo público el concepto de femicidio e inmiscuyéndose en la biopolítica que esto conlleva. Asociaciones que se desarrollan con mayor detalle en las páginas posteriores.

[5] CORPORACIÓN LA MORADA. Área de Ciudadanía y Derechos Humanos. El (mal) Estado de los derechos Humanos. Aproximaciones a los discursos y prácticas sobre derechos humanos de las mujeres. 2003. pp 37-38

[6] Op. Cit. ARANCIBIA. Editorial Arcis, 2006, Capítulo II, Revista “Sucesos” 1920: Un Dispositivo Biopolítico-Policial.

[7] La Cuarta, 21 de febrero de 2001. La utilización del diario La Cuarta como ejemplo para el muestreo, de acuerdo a esta investigación, se debe a que es el más representativo de los medios escritos nacionales en cuanto al tema.

[8] La Cuarta, 10 de abril de 2001

[9] La Cuarta, 20 de enero de 2002

[10]Op. Cit. MATURANA, Camila, MAIRA, Gloria, ROJAS, Soledad, Área de Ciudadanía y Derechos Humanos de la Corporación Morada. Andros Impresores, 2004, Pp. 67

[11] La noticia tuvo el mismo tratamiento en los cuatro noticiarios nacionales de mayor relevancia: 24 horas, Teletrece, Chilevisión Noticias y Meganoticias.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Se Acabó la Práctica

Hace seis meses todo empezó. Mi práctica en La Ruta de Chile. Ahora no se qué sentir, ni qué pensar. Extrañaré a mis compañeros, al proyecto, a la gente que me ayudó y me enseñó mucho más de lo que fui a buscar.

Fue una gran experiencia, conozco mucho de diferentes lugares del país, los sentimientos de sus habitantes, sus necesidades e historias. Aunque con todos ellos conversé por teléfono, hice hasta algunos amigos, que si algún día viajo y los veo en persona, a lo mejor me reciban con los brazos abiertos.

Quiero mucho a mi equipo de trabajo y espero que el proyecto sea todo un éxito. Mis mejores saludos a La Ruta de Chile y a todas las personas que trabajan en ella.

Que la fuerza los acompañe y su camino esté iluminado por las estrellas.

Daniel Sanhueza

lunes, 1 de octubre de 2007

Por Una Calle Para Violeta


violeta parra
Cargado originalmente por Cata__Prieto
El programa "Los culpables de Todo" de la Radio Rock and Pop inició una campaña para que la calle Carmen de Santiago pase a llamarse Violeta Parra, en honor a esta célebre canta autora y poeta nacional.

Los invito a todos a visitar el blog la calle para Violeta y manifestarse.

Como dijo un amigo "Siganse manifestándose"...

martes, 25 de septiembre de 2007

¿Que mierda Pasa?

Hace un tiempo que me impresiona ver tanta mujer muerta en los medios de comunicación. Me pregunto constantemente ¿que diablos está pasando? ¿Por qué tantos hombres han decidido dañar a sus parejas o ex-parejas?

A lo mejor el problema es otro, ¿No será que la sociedad chilena fue siempre igual? siempre se defendió, se aceptó o se ocultó el abuso masculino.

Probablemente ahora importa solo por ser moda. A lo mejor, que antes el femicidio se confundiera con los "delitos pasionales", ayudaba a que la matanza constante de mujeres chilenas se mantuviera en silencio.

Una última cosa. El machismo MATA.

lunes, 24 de septiembre de 2007

Mala Poesía I

Cosas, animales, contar, aparato, intelectual,
clasificación sin clasificación.
No podemos pensar.

Fronteras de los órdenes aparentes.
Fronteras de los órdenes operantes.
imaginar órdenes distintos.

Morir en la soledad de las cosas.
Imágenes discontinuas.
Al borde de la Locura.

El Fósforo

Había una vez un pequeño fósforo que no quería ser prendido.

lunes, 20 de agosto de 2007

Un año más... que más da... cuantos se han ido yaaaaaaaaaaaaaa!!!!

Mis amigos siempre se ríen para mi cumpleaños. Dicen que un par de semanas antes de mi traspaso etario, me pongo muy raro. Como no me doy cuenta... creo profundamente en sus palabras.


La verdad es que sí lo noto un poco. Como que me pongo más sentimental, como que me siento un poco solo, como que algo no es igual en mí. Llevo harto tiempo pensando un tanto en esto. Me he preguntado si será porque, a principios de septiembre, ya hemos pasado la mitad del año y el cansancio me stressa un poco (soy mega trabajólico, por lo que no es tan tirado de las mechas).

Otra de las razones es que algo me pasó cuando pequeño. Se, o recuerdo, poco de mi infancia, pero al parecer, algo me pudo haber marcado para mis cumpleaños. A lo mejor, a esto se debe que no me gusten.

Bueno, esto es uno de los expedientes desclasificados de los Archivos Secretos X... Molder me lo contó hace algún tiempo. Probablemente a este sujeto se lo hayan raptado extraterrestres y le hayan introducido sondas quizás por donde. Algunos misterios nunca se resuelven... Turururururu (ritmo dimensión desconocida).

jueves, 16 de agosto de 2007

Habemus Ruta de Chile

Así es señores, ya se estrenó el primer capítulo de este bello producto. Fui feliz, a mi familia le encantó y mis amigos se juntaron a verla en un magno carrete junto al televisor. Me recibieron con felicitaciones y todo... grandes.


Saludos a todos aquellos que disfrutaron de esta hermosa aventura y para quienes se la perdieron, la pueden encontrar en la siguiente página .

Saludos al equipo de La Ruta y muchas felicidades... saludos también a quien nos vió.

PD: Opinen en el diario mural.
PDD: vean el primer capítulo

miércoles, 15 de agosto de 2007

Comunicación organizacional… “para el pueblo, por el pueblo, pero sin el pueblo”.

Hace algún tiempo escribí esto... No recuerdo que nota me puso la profesora de la rama para la cual la redacté (Planificación Estrátegica y Comunicación Organizacional), puesto que como era una línea electiva y, sabiamente, había elegido las dos disponibles, dejando la ventana abierta para desechar la más fome y la peor... o sea ésta... No pesqué mi nota, aunque creo que fue negativa.
Pensé que era lo más probable puesto que nunca revisé lo que escribí y lo hice con rabia tratando de "luchar" con los conceptos que la profesora difundía puesto que me costaba concordar con ellos... Bueno la cosa es que ahora me gusta mucho... Léanlo.

Comunicación organizacional… “para el pueblo, por el pueblo, pero sin el pueblo”.

Daniel Sanhueza Rojas

Últimamente al momento de hablar de proyectos sociales provenientes de los organismos gubernamentales se ha generado un cierto rechazo producto del gran desastre del desarrollo del transporte público llamado Transantiago. Esta situación que deja en evidencia algunos problemas que se acarrean desde muchos años en nuestro país, como por ejemplo en el caso de la educación, donde grandes cabezas e ingenieros planifican enormes proyectos que en el papel suenan bien pero que en la práctica nacen con muchas trabas y problemas de aplicación. Eso me llevó a generarme las siguientes preguntas: ¿Cuál es la función de la comunicación en el desarrollo? ¿En qué medida la comunicación, o su ausencia, ha sido responsable de medio siglo de fracasos en los proyectos de desarrollo económico y social en América Latina y no así en algunos países de Asia? ¿Qué paradigmas de la comunicación han predominado para acompañar las acciones de desarrollo en los países del Tercer Mundo? ¿Cómo las estrategias comunicativas han influido en el desarrollo de políticas públicas? ¿Desde que lugar y bajo que argumentos se plantean los proyectos de desarrollo?

Existe evidencia suficiente para afirmar que la comunicación es aún considerada por los organismos de cooperación y desarrollo como la quinta rueda del carro, salvo algunas excepciones, y que su función es poco entendida por quienes toman decisiones estratégicas. La comunicación ha sido marginada de los programas de desarrollo la mayor parte de las veces, y cuando no ha sido el caso, se ha convertido en un soporte institucional o en un instrumento de propaganda. En muy pocos casos la comunicación ha sido un instrumento de diálogo y un elemento facilitador en el proceso de participación ciudadana, una garantía para un desarrollo humano sostenible, cultural y tecnológicamente apropiado.

Si bien cada vez son más las instituciones que utilizan o generan “departamentos de comunicaciones”, la perspectiva que intento desarrollar aquí apunta a que la comunicación no constituye solo una lógica de intentar convencer a un determinado “consumidor” ciudadano de que aquello que se busca implementar es lo correcto y que mejorará su estilo de vida, más bien, comprendo que funcionar bajo esta lógica corresponde a un desarrollo y correcto flujo de la información, no a la creación de lasos comunicativos que hagan partícipes a la ciudadanía, socialmente activa, de aquellos proyectos que se desarrollan[1].

Aunque son pocas las organizaciones de cooperación internacional que han comprendido la función que puede cumplir la comunicación para el desarrollo[2], Es evidente que esta perspectiva es poco abordada en muchas de las escuelas de periodismo o “comunicaciones” de nuestro país, donde las lógicas del comercio al interior de las universidades privadas y al interior de muchas de las tradicionales se mantiene ajenas a estas temáticas y se plantean como objetivo la formación de periodistas capaces de desenvolverse como administradores de información pero no como comunicadores sociales.[3]

A espaldas tanto de los organismos de cooperación y desarrollo como del mundo académico, las experiencias de comunicación participativa continúan sin embargo creciendo como respuesta a una situación en las que las voces de la multiculturalidad son negadas o escondidas por los medios masivos. Estas experiencias de comunicación popular y participativa, en el área rural y urbana, irrumpen en la esfera pública reclamando una nueva ciudadanía.

La propuesta dialógica, la suma de experiencias participativas y la voluntad de incidir en todos los niveles de la sociedad, son algunos elementos que hacen de esta, la Comunicación para el Cambio Social, un desafío. Esta perspectiva nace como respuesta a la indiferencia y al olvido, rescatando lo más valioso del pensamiento humanista que enriquece la teoría de la comunicación.

La comunicación para el cambio social es una comunicación ética, es decir de la identidad y de la afirmación de valores; amplifica las voces ocultas o negadas, y busca potenciar su presencia en la esfera pública. Recupera el diálogo y la participación como ejes centrales; ambos elementos existían entrelazados con otros modelos y paradigmas y estaban presentes en la teoría como en un gran número de experiencias concretas, pero no tenían carta de ciudadanía entre los modelos dominantes de modo que no alimentaron suficientemente la reflexión durante épocas anteriores y su presencia en las políticas públicas era aún más escasa que en nuestros días, aunque actualmente comienza a recuperar terreno.

Cualquiera que haya pasado un tiempo en comunidades de África, Asia y América Latina puede contar, a la manera de René Dumont, las anécdotas del “mal desarrollo”: hospitales sin equipamiento y sin personal; caminos sin terminar, tractores abandonados y engullidos por la vegetación; casillas de correo para aldeas donde todavía no llegó la alfabetización; ingenios procesadores de minerales que no funcionan porque no hay suficiente materia prima; casas a medio construir; calles que se destrozan a pocos meses de haber sido inauguradas o repavimentadas; colegios repletos de modernos computadores pero que mantienen las puertas cerradas a los alumnos por miedo a que los destrocen o porque simplemente no se conoce su funcionamiento.

Podríamos detenernos largamente en las anécdotas, mencionar lugares y fechas, organizaciones responsables y nombres de proyectos. La lista sería larga y no tendría mucho sentido, pues los mismos hechos se repiten en diferentes contextos. El modelo de planificación y ejecución vertical es el mismo en todo el Tercer Mundo. Los elefantes blancos, testimonio de proyectos frustrados, están por todas partes, aunque la falta absoluta de auto-crítica de los gobiernos y organismos de cooperación, se niegue a reconocerlo.

Hombres y mujeres de muchas generaciones han sido testigos mudos de los más grandes absurdos concebidos en nombre del desarrollo. Pueblos sin voz, o cuyas voces no han sido escuchadas. Comunidades que recibieron pasivamente proyectos en los que nunca creyeron, o que nunca entendieron, acostumbradas a ver llegar “expertos” con soluciones que nunca fueron compartidas con los supuestos “beneficiarios”. O como dice el filósofo y educador Paulo Freire “La cultura no es atributo exclusivo de la burguesía (o de los llamados “expertos”, agregaría). Los llamados "ignorantes" son hombres y mujeres cultos a los que se les ha negado el derecho de expresarse y por ello son sometidos a vivir en una "cultura del silencio"”[4]

Ahora es casi un lugar común reconocer los errores de una planificación vertical, ajena a los beneficiarios: si tan solo se hubiera establecido un diálogo entre representantes de las comunidades, técnicos del gobierno, líderes sociales y religiosos, para discutir los planes y proyectos. La forma más elemental de comunicación, el diálogo, hubiera evitado tantas distorsiones y tanto desperdicio de recursos. Al menos, las comunidades hubieran sido partícipes en el éxito o en el fracaso, hubieran aprendido de la experiencia y se hubieran apropiado de cada proyecto luego de apropiarse del análisis de los problemas y de la búsqueda de soluciones.

Si trasladásemos esta aseveración a nuestra situación político-social actual, tal vez, el famoso problema del Transantiago se hubiese evitado. Probablemente si los denominados expertos del “proyecto estrella” del gobierno concertacionista, se hubiesen acercado a las organizaciones sociales comunitarias o a las “personas” y se hubiesen preocupado por las reales necesidades de transporte de los diversos sectores de la ciudadanía, muchos de los problemas de falta de recorridos, de sectores mal atendidos o situaciones ilógicas donde las personas tenían (o tienen) que caminar alrededor de 15 cuadras para llegar a los paraderos, se hubiesen evitado (no así algunos problemas estructurales que se relacionan con los aspectos técnicos del proyecto). Otro de los casos que nos plantea este esquema corresponde a la famosa reforma de la educación chilena con la llegada de la Jornada Escolar Completa. Este proyecto no consideró las lógicas con las cuales se enseñaba al interior de los establecimientos educacionales primarios y secundarios, ni mucho menos las lógicas culturales que funcionan al interior de la educación chilena. Las voces de los principales actores en la educación chilena, como son los apoderados, estudiantes y profesores, simplemente no fueron consideradas.

Este ejemplo funciona como una metáfora de lo que sucede cuando se desconoce la cultura y se pretende incidir sobre ella sin establecer primero un diálogo y reconocimiento de la realidad que haga posible el proceso participativo. Los supuestos beneficiarios son “clientes” que deben “cambiar de comportamiento”, partiendo del supuesto de que sus prácticas cotidianas son incorrectas. La falta de capacidad de este modelo de comprender la diversidad cultural y el contexto de las prácticas tradicionales, pretende ser salvada con técnicas de “pre-test” cuyo objetivo es validar los “mensajes”, en grupos focales no siempre representativos.

Aún así, nos encontramos que en el discurso público de muchos de los macro actores sociales siempre está presente la comunicación participativa y con miras al cambio social. Entre el lenguaje discursivo y la acción hay un abismo meticulosamente trazado por la burocracia[5], la indiferencia hacia la cultura y la ignorancia de los problemas y la percepción que de ellos tienen las comunidades.

En el texto La Comunicación en las Organizaciones (Rogué y Agarivala, 1980)[6] se nos plantea como ejemplo el caso Chino, donde en un afán de Mao Tse-Tung por eliminar lo que él denomina “este gran mal, la burocracia”, inicia una reforma institucional donde retira de sus cargos a técnicos altamente especializados “apernados” en determinados puestos y los reemplaza por ciudadanos más apegados a las lógicas del gobierno y a las vivencias populares. La principal reforma constituye en que se eliminan los cargos y pasan a constituirse a todos los trabajadores en un mismo estatus al interior de la organización, dejando de funcionar sobre la lógica jerárquica de grupo y trasladándola a una estructura de trabajo en equipo, donde la toma de decisiones importantes no necesita necesariamente pasar por un superior, sobre todo en las situaciones más complejas, riesgosas y que necesitan de una pronta solución. En definitiva la inclusión de la ciudadanía en el desarrollo de las políticas públicas, beneficiando el estudio universitario a los sectores más necesitados y haciendo que las clases más acomodadas viviesen en extrema pobreza durante un período antes de alcanzar la educación superior, constituye un cambio en la lógica vertical comunicativa al interior de las instituciones gubernamentales en su relación interior, tanto como en su relación con el entorno.

Recordemos un poco los discursos pre-presidencialistas de Michelle Bachelet. En ellos planteaba la inclusión de la ciudadanía en las decisiones, creando instancias participativas y de influencia para la sociedad. Ya sea por falta de voluntad política, complejidad social o falta de iniciativa, esta “promesa” no ha sido cumplida. Aunque no se puede obviar los esfuerzos realizados mediante algunas comisiones que incluían a otros actores sociales pero que más parecían una ilusión que una realidad, producto de la poca presencia significativa en las comisiones.[7]

La distancia que existe entre los niveles estratégicos y las experiencias concretas de comunicación comunitaria es sin embargo demasiado grande, y por lo general no se produce el encuentro que beneficiaría el proceso de apropiación de un programa por parte de la comunidad. Parte del problema es esa visión altanera que desprecia las experiencias de comunicación participativa por “insignificantes” o “aisladas”.

Los planteamientos de Paulo Freire sobre la educación y la comunicación dialógica están en la esencia del paradigma de la comunicación para el cambio social, así como otros conceptos afines: comunicación horizontal, comunicación alternativa, comunicación popular, comunicación participativa, comunicación para el desarrollo

El proceso de formulación de la comunicación para el cambio social comenzó a gestarse en abril de 1997, en una reunión convocada por la Fundación Rockefeller en su centro de conferencias de Bellagio, en Italia. Un grupo heterogéneo de personas ligadas a la comunicación desde ángulos muy diversos, debatió durante una semana, con agenda abierta, el tema: “¿Qué comunicación para el cambio social en el próximo siglo?” En esta primera etapa, que incluye varias reuniones y culmina con un manifiesto publicado al cabo de una conferencia en Cape Town, Africa del Sur, se definió progresivamente el concepto de comunicación para el cambio social, como “un proceso de diálogo privado y público, a través del cual los participantes deciden quienes son, qué quieren y cómo pueden obtenerlo”. El enfoque inicial subraya la necesidad de cambiar los términos hasta entonces vigentes en el desarrollo y en la comunicación. Se plantea que las comunidades deben ser actores centrales de su propio desarrollo, que la comunicación no debe persuadir sino facilitar el diálogo, y que no debe centrarse en los comportamientos individuales sino en las normas sociales, las políticas y la cultura.

Si bien las organizaciones gubernamentales han desarrollado perspectivas comunicativas bastante elaboradas, muchas de ellas no consideran a la ciudadanía. Las políticas gubernamentales se generan sin la opinión y la participación de los ciudadanos. Claramente no es mi intención demonizar a las políticas públicas, ni mucho menos decir que la inclusión de la ciudadanía en ellas sea una necesidad en todos y cada uno de los casos, o una forma de evitar los problemas al interior de los proyectos. La intencionalidad de este planteamiento se refiere a que la lógica necesaria para que una población pueda generar un cambio conductual o adecuarse a nuevos proyectos o iniciativas provenientes del gobierno, no deben funcionar precisamente bajo esa lógica; la de “Adecuarse”. Sino, más bien, debería llegar un punto al interior del desarrollo de las políticas en el cual la opinión y PARTICIPACIÓN de la ciudadanía sea un factor determinante en la progresión de dicha iniciativa.



[1] La diferencia entre comunicación e información puede ser bastante sutil desde algunas perspectivas. Considero, basándome en autores como Jesús Martín Barbero, que la comunicación se plantea como la relación dialógica entre los individuos en forma horizontal, no en una imposición vertical que es como pretende funcionar la información a nivel masivo.

[2] UNICEF es la única agencia que tiene en cada país, oficiales de información y comunicación.

[3] Esta aseveración se realiza luego de un breve análisis de diferentes mallas curriculares de casas de estudios como Universidad Católica, Universidad Andrés Bello, Universidad Austral de Chile, entre otras.

[4] Freire, P., Pedagogia da Esperança: um reencontro com a pedagogia do oprimido. Rio de Janeiro: Paz e Terra. 1992

[5] De acuerdo a los autores Rogus, E y Agarivala Roguero, R., en su texto La Comunicación en las Organizaciones, la burocracia no solo se refiere a las organizaciones gubernamentales, sino a toda estructura de trámite burocrático y entrampado en una empresa cualquiera esta sea.

[6] Rogus, E y Agarivala Roguero, R., La Comunicación en las Organizaciones, Mc Grano Hill, México, DF, 1980, Capítulo 4.

[7] De 81 participantes de la comisión para reformular la LOCE creada el año 2006, alrededor de 20 integrantes correspondían a actores sociales.

lunes, 13 de agosto de 2007

Gran Estreno... Nuevas y viejas emociones

Dentro de mi corta carrera como periodista, si es que la tengo, he participado de una página web (la del ICEI), creado-iniciado dos programas de radio (Revolución Pinguino y Nadie Nos Escucha, este último actualmente al aire) y formado parte de un tercero que fue como si siempre hubiese estado en él (me uní a dos amigos que parloteaban de temas que tocábamos siempre), Taximetraje.

Este Martes a las 22:40 horas se estrena La Ruta de Chile... Lugar donde hace un tiempo empecé mi "Complejo de... El Practicante" ... Nuevas sensaciones recorren mi mente, es un proyecto al que poco a poco me he ido sumando, que me gusta, trabajo con grandes personajes y temas me parecen bastante interesantes. Me siento parte de este equipo y orgulloso del producto de les ofreceremos a ustedes.

Invito a todo aquel pasajero chileno que recaiga en estas tibias palabras a ver La Ruta de Chile 2007, todos los martes a las 22:00 horas por las pantallas de TVN, excepto el primero que empieza a las 22:40 (Alguien te Mira está antes). Sobre todo si, sean o no nacionalistas, encuentran que tenemos un país hermoso, lleno de grandes historias, misterios, diversidad cultural y bellas travesías. Un poco de todo eso hay...

Saludos y Buenas Noches

SENEGAL: el esclavismo y los Wolof

Cosas que uno hace de repente, cuando me surge el complejo de escritor. Con esto quedé en la práctica de LA RUTA DE CHILE... no creo que sea tan malo.


La República de Senegal es un país al sur del río Senegal en el sector occidental de África. De sus 9.8000.000 mil habitantes un 94% practican la religión musulmana, por lo cual sus tradiciones, eventos, ritos y ceremonias están, inevitablemente, ligadas a estas creencias.

La lengua oficial de Senegal corresponde al francés, pero la gran variedad de etnias que posee el país, hace que esta lengua sea utilizada solo por una minoría. Los wolof (o volofo) representan el 45 % de la población, seguidos por los fulaní (22%), serer (15%), jola (4%), mandigos (3%), junto a otras pequeñas comunidades. Alrededor de 50.000 europeos, en su mayoría franceses, residen en el país.

Pero, al pensar en los senegaleses no podemos dejar de referirnos a su historia. Dakar, con una población de 2.079.000 habitantes (2000) es la capital de Senegal. Su ubicación en el extremo oeste de África resulta ventajosa para el comercio marítimo con Europa y América, por lo que se generó allí el mayor puerto de la región. A tres kilómetros de la costa de Dakar, se ubica la isla de Gorèe, con sus 17 hectáreas correspondía a una de las principales Casa de Esclavos entre los siglos XVI y XIX. La isla de Gorèe, junto con la posición estratégica de Dakar, hizo que la mayor parte del comercio de esclavos se realizara por las costas senegaleses.

Se calcula que al menos veinte millones de hombres, mujeres y niños fueron secuestrados de sus aldeas, trasladados y vendidos a tratantes que se establecieron abiertamente en la isla de Gorèe, aquí eran aprisionados en calabozos, encadenados como animales y colocados espalda con espalda, como sardinas, a la espera de ser vendidos. Las mujeres eran cotizadas a mayor precio que los hombres, siendo los factores determinantes la salud, el busto y la dentadura, los niños eran valuados por su dentadura y las condiciones en que se encontraban al momento de la transacción, eran desprovistos de nombres individuales y se les llamaba de acuerdo a las características de la dentición.

Finalmente, los esclavos eran trasladados a los puntos en que serían embarcados. Desde el calabozo caminaban por lo que se llamaba El lugar de donde no se regresa (pasillo no muy ancho, que facilitaba el manejo de las “personas”), este era el último lugar donde las familias podían verse, puesto que luego serían trasladadas y vendidas a diferentes partes de América y Europa. Eran embarcados en botes para luego dirigirse a los barcos, en este trayecto los esclavistas aprovechaban para deshacerse de los esclavos que estaban enfermos o no eran fáciles de comercializar, entonces los lanzaban al mar infestado de tiburones. Esta isla fue declarada Patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1978, por su gran valor histórico, transformándola en un museo.

Una historia tan cruel y tórrida inevitablemente marca a una nación, en especial a las etnias que la habitan, puesto que fueron ellos los principales afectados durante estos siglos de esclavismo. Tanto es así, que la principal etnia de Senegal, los Wolof, genera su estructura social en base a este lagado.

Los Wolof representan el 45% de la población senegalés, otro 40% habla el vocablo de este pueblo como segunda lengua. Por lo tanto, pese a que el francés es el idioma oficial de Senegal, durante gran parte del diario vivir se habla wolof, de ahí su relevancia.

Los Wolof se dividen socialmente en tres clases: libres, esclavos y artesanos. A su vez las personas libres se subdividen entre nobles y campesinos. La clase de esclavos la componen los descendientes de esclavos. Finalmente, los artesanos son considerados como la clase más baja. Este grupo incluye a herreros, obreros del cuero y músicos. Son muy raros los matrimonios mixtos entre personas de diferentes clases.

Los matrimonios wolof varían de acuerdo a si la comunidad es rural o urbana. En áreas rurales el matrimonio es arreglado por los padres y el esposo debe pagar un alto precio por la novia. Mientras el marido paga, la mujer debe vivir con sus padres hasta que su padre le conceda los derechos conyugales al novio. Una mujer puede haber tenido dos o tres hijos antes de que su esposo termine de pagar por ella. Cuando el precio de la novia es pagado, la segunda parte de la unión se realiza, la mujer es llevada con un paño que le cubre la cabeza a la morada de su marido. En el caso de hombres polígamos cada esposa tiene, generalmente, su propio sitio o casa y estas harán turnos para pasar la noche con el marido. En áreas urbanas el matrimonio puede ser arreglado o por afinidad de las parejas. El ritual es mucho más complejo que en las zonas rurales, el hombre debe pagar una dote inicial a la familia, la que es repartida para los vecinos. Luego el novio le dará otra suma de dinero a la novia en presencia de la familia. Quien quiera que haya recibido dinero durante este proceso le paga diez veces la cantidad recibida a la novia. El tío, hermano del padre de la novia y representante de éste, recibe otra cantidad de dinero relevante pero con el compromiso futuro de hacerse cargo de la cena del matrimonio. Después de esta etapa se anuncia la unión religiosa. El marido paga los costos de la mezquita y le entrega dinero a sus amigos y al marabout, pero ni el ni su novia futura están presentes, los esposos son representados en la mezquita por sus padres mientras el marabout realiza un rezo que sella la unión matrimonial. Cuando él novio va a reclamar a su esposa, la tía paterna acompaña a la mujer durante una serie de baños rituales antes de que ella se dirija donde el marido. El hombre entra y la tía le presenta a la novia, luego de esto pueden dormir juntos. Si ella es virgen, el marido la recompensa con una cierta cantidad de dinero. La tía vuelve, toma el dinero, y hace público el acontecimiento. Temprano por la mañana se tocan los tambores y otras señoras jóvenes vienen a felicitarla. El hombre debe amueblar una casa para su esposa y el día convenido ella sale y se para frente a esta, embroma a su marido y si este no se enoja, la unión será larga y próspera. La cuñada prepara la comida y la celebración dura tres días. Luego, la nueva esposa prepara su primera comida en su nuevo hogar. Antes de que los huéspedes dejen la casa, la mujer vierte agua en el canari. El marido y la esposa se apresuran para introducir su pié en él. Si el pie del hombre entra primero entonces su primer hijo será un niño, si por el contrario es el de la mujer, su primer hijo será una niña. Luego de un tiempo la esposa va a rendirle homenaje a su madre. Antes de que los novios estén casados, se considera como indecoroso que se les vea juntos en lugares públicos.

El embarazo y el parto se rodean de mucho misterio en la sociedad senegalesa. La gente no habla sobre el embarazo de una persona y se observa absoluta discreción durante todo el embarazo. Esto se debe a que hablar del embarazo podría poner en riesgo la vida del bebé. Después de que un parto se realice, una fogata debe estar encendida durante una semana, tiempo en el cual la madre debe permanecer dentro. Si la madre tiene que salir del cuarto por un corto periodo el bebe jamás puede quedar solo.

Otros rituales de la sociedad wolof son la circuncisión de los jóvenes, (esta no solo consiste en una cirugía, sino que es un paso de la juventud a la adultez de los hombres), la valoración de los mendigos y comer en las calles en forma comunitaria (ritual lleno de formalidades y de riesgos si estas no se cumplen).

El caso de los mendigos constituye una particularidad en esta sociedad. Lo cierto es que el mendigo constituye una piedra fundamental dentro de la sociedad islámica wolof. Este personaje se dedica principalmente al estudio del Corán y permite que los musulmanes que tienen otras actividades expíen sus culpas entregándoles limosna a los mendigos, comprando así un lugar en el cielo. Este rito social tiene sus bases en los clérigos musulmanes que a principios del siglo XI, una vez terminados sus estudios, viajaron por la región pidiendo limosna a las familias ricas para sustentarse en su búsqueda espiritual. Así, aquel que pide y habita en las calles está desligado del estigma social que se le otorga en las culturas occidentales, por lo que tiende a impactarlas bastante esta situación.

Un pueblo wolof consta de varios cientos de personas que habitan en casas hechas de barro. En el centro de la aldea se encuentra la casa de la palabra, la mezquita y la plaza donde se celebran las reuniones públicas, los bailes tradicionales y modernos y los combates de una especie de lucha libre que es considerada como el deporte nacional.

De 3 millones de Wolof, 2,8 millones están viviendo en Senegal. Los wolof viven en un sector extremadamente árido y desértico por lo que solo el 35% de su población tiene acceso al agua potable segura. Su increíble estructuración social y el legado histórico que significan siglos de esclavitud hacen de Senegal y los Wolof un lugar y etnias maravillosos.

Fuentes:

http://www.wolof.org/

http://www.wikipedia.org

http://www.gouv.sn/

http://www.senactu.info/