lunes, 13 de agosto de 2007

SENEGAL: el esclavismo y los Wolof

Cosas que uno hace de repente, cuando me surge el complejo de escritor. Con esto quedé en la práctica de LA RUTA DE CHILE... no creo que sea tan malo.


La República de Senegal es un país al sur del río Senegal en el sector occidental de África. De sus 9.8000.000 mil habitantes un 94% practican la religión musulmana, por lo cual sus tradiciones, eventos, ritos y ceremonias están, inevitablemente, ligadas a estas creencias.

La lengua oficial de Senegal corresponde al francés, pero la gran variedad de etnias que posee el país, hace que esta lengua sea utilizada solo por una minoría. Los wolof (o volofo) representan el 45 % de la población, seguidos por los fulaní (22%), serer (15%), jola (4%), mandigos (3%), junto a otras pequeñas comunidades. Alrededor de 50.000 europeos, en su mayoría franceses, residen en el país.

Pero, al pensar en los senegaleses no podemos dejar de referirnos a su historia. Dakar, con una población de 2.079.000 habitantes (2000) es la capital de Senegal. Su ubicación en el extremo oeste de África resulta ventajosa para el comercio marítimo con Europa y América, por lo que se generó allí el mayor puerto de la región. A tres kilómetros de la costa de Dakar, se ubica la isla de Gorèe, con sus 17 hectáreas correspondía a una de las principales Casa de Esclavos entre los siglos XVI y XIX. La isla de Gorèe, junto con la posición estratégica de Dakar, hizo que la mayor parte del comercio de esclavos se realizara por las costas senegaleses.

Se calcula que al menos veinte millones de hombres, mujeres y niños fueron secuestrados de sus aldeas, trasladados y vendidos a tratantes que se establecieron abiertamente en la isla de Gorèe, aquí eran aprisionados en calabozos, encadenados como animales y colocados espalda con espalda, como sardinas, a la espera de ser vendidos. Las mujeres eran cotizadas a mayor precio que los hombres, siendo los factores determinantes la salud, el busto y la dentadura, los niños eran valuados por su dentadura y las condiciones en que se encontraban al momento de la transacción, eran desprovistos de nombres individuales y se les llamaba de acuerdo a las características de la dentición.

Finalmente, los esclavos eran trasladados a los puntos en que serían embarcados. Desde el calabozo caminaban por lo que se llamaba El lugar de donde no se regresa (pasillo no muy ancho, que facilitaba el manejo de las “personas”), este era el último lugar donde las familias podían verse, puesto que luego serían trasladadas y vendidas a diferentes partes de América y Europa. Eran embarcados en botes para luego dirigirse a los barcos, en este trayecto los esclavistas aprovechaban para deshacerse de los esclavos que estaban enfermos o no eran fáciles de comercializar, entonces los lanzaban al mar infestado de tiburones. Esta isla fue declarada Patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1978, por su gran valor histórico, transformándola en un museo.

Una historia tan cruel y tórrida inevitablemente marca a una nación, en especial a las etnias que la habitan, puesto que fueron ellos los principales afectados durante estos siglos de esclavismo. Tanto es así, que la principal etnia de Senegal, los Wolof, genera su estructura social en base a este lagado.

Los Wolof representan el 45% de la población senegalés, otro 40% habla el vocablo de este pueblo como segunda lengua. Por lo tanto, pese a que el francés es el idioma oficial de Senegal, durante gran parte del diario vivir se habla wolof, de ahí su relevancia.

Los Wolof se dividen socialmente en tres clases: libres, esclavos y artesanos. A su vez las personas libres se subdividen entre nobles y campesinos. La clase de esclavos la componen los descendientes de esclavos. Finalmente, los artesanos son considerados como la clase más baja. Este grupo incluye a herreros, obreros del cuero y músicos. Son muy raros los matrimonios mixtos entre personas de diferentes clases.

Los matrimonios wolof varían de acuerdo a si la comunidad es rural o urbana. En áreas rurales el matrimonio es arreglado por los padres y el esposo debe pagar un alto precio por la novia. Mientras el marido paga, la mujer debe vivir con sus padres hasta que su padre le conceda los derechos conyugales al novio. Una mujer puede haber tenido dos o tres hijos antes de que su esposo termine de pagar por ella. Cuando el precio de la novia es pagado, la segunda parte de la unión se realiza, la mujer es llevada con un paño que le cubre la cabeza a la morada de su marido. En el caso de hombres polígamos cada esposa tiene, generalmente, su propio sitio o casa y estas harán turnos para pasar la noche con el marido. En áreas urbanas el matrimonio puede ser arreglado o por afinidad de las parejas. El ritual es mucho más complejo que en las zonas rurales, el hombre debe pagar una dote inicial a la familia, la que es repartida para los vecinos. Luego el novio le dará otra suma de dinero a la novia en presencia de la familia. Quien quiera que haya recibido dinero durante este proceso le paga diez veces la cantidad recibida a la novia. El tío, hermano del padre de la novia y representante de éste, recibe otra cantidad de dinero relevante pero con el compromiso futuro de hacerse cargo de la cena del matrimonio. Después de esta etapa se anuncia la unión religiosa. El marido paga los costos de la mezquita y le entrega dinero a sus amigos y al marabout, pero ni el ni su novia futura están presentes, los esposos son representados en la mezquita por sus padres mientras el marabout realiza un rezo que sella la unión matrimonial. Cuando él novio va a reclamar a su esposa, la tía paterna acompaña a la mujer durante una serie de baños rituales antes de que ella se dirija donde el marido. El hombre entra y la tía le presenta a la novia, luego de esto pueden dormir juntos. Si ella es virgen, el marido la recompensa con una cierta cantidad de dinero. La tía vuelve, toma el dinero, y hace público el acontecimiento. Temprano por la mañana se tocan los tambores y otras señoras jóvenes vienen a felicitarla. El hombre debe amueblar una casa para su esposa y el día convenido ella sale y se para frente a esta, embroma a su marido y si este no se enoja, la unión será larga y próspera. La cuñada prepara la comida y la celebración dura tres días. Luego, la nueva esposa prepara su primera comida en su nuevo hogar. Antes de que los huéspedes dejen la casa, la mujer vierte agua en el canari. El marido y la esposa se apresuran para introducir su pié en él. Si el pie del hombre entra primero entonces su primer hijo será un niño, si por el contrario es el de la mujer, su primer hijo será una niña. Luego de un tiempo la esposa va a rendirle homenaje a su madre. Antes de que los novios estén casados, se considera como indecoroso que se les vea juntos en lugares públicos.

El embarazo y el parto se rodean de mucho misterio en la sociedad senegalesa. La gente no habla sobre el embarazo de una persona y se observa absoluta discreción durante todo el embarazo. Esto se debe a que hablar del embarazo podría poner en riesgo la vida del bebé. Después de que un parto se realice, una fogata debe estar encendida durante una semana, tiempo en el cual la madre debe permanecer dentro. Si la madre tiene que salir del cuarto por un corto periodo el bebe jamás puede quedar solo.

Otros rituales de la sociedad wolof son la circuncisión de los jóvenes, (esta no solo consiste en una cirugía, sino que es un paso de la juventud a la adultez de los hombres), la valoración de los mendigos y comer en las calles en forma comunitaria (ritual lleno de formalidades y de riesgos si estas no se cumplen).

El caso de los mendigos constituye una particularidad en esta sociedad. Lo cierto es que el mendigo constituye una piedra fundamental dentro de la sociedad islámica wolof. Este personaje se dedica principalmente al estudio del Corán y permite que los musulmanes que tienen otras actividades expíen sus culpas entregándoles limosna a los mendigos, comprando así un lugar en el cielo. Este rito social tiene sus bases en los clérigos musulmanes que a principios del siglo XI, una vez terminados sus estudios, viajaron por la región pidiendo limosna a las familias ricas para sustentarse en su búsqueda espiritual. Así, aquel que pide y habita en las calles está desligado del estigma social que se le otorga en las culturas occidentales, por lo que tiende a impactarlas bastante esta situación.

Un pueblo wolof consta de varios cientos de personas que habitan en casas hechas de barro. En el centro de la aldea se encuentra la casa de la palabra, la mezquita y la plaza donde se celebran las reuniones públicas, los bailes tradicionales y modernos y los combates de una especie de lucha libre que es considerada como el deporte nacional.

De 3 millones de Wolof, 2,8 millones están viviendo en Senegal. Los wolof viven en un sector extremadamente árido y desértico por lo que solo el 35% de su población tiene acceso al agua potable segura. Su increíble estructuración social y el legado histórico que significan siglos de esclavitud hacen de Senegal y los Wolof un lugar y etnias maravillosos.

Fuentes:

http://www.wolof.org/

http://www.wikipedia.org

http://www.gouv.sn/

http://www.senactu.info/

1 comentario:

Anónimo dijo...

Complejo de escritor?? Yo diria mas bien...complejo de copia i pega...